Pecado: La pereza
Fijación: Resignación – Indolencia
Virtud: Acción – Diligencia

Las personas del eneatipo 9 poseen una naturaleza que, aunque enfrenta problemas, tiende a no reconocerlos. Se adaptan de manera exagerada al entorno social debido a un profundo temor al conflicto y a ser pasados por alto. Son excelentes conciliadores, lo que les dificulta decir “No”, lo que les otorga la aceptación de los demás, incluso a expensas de no satisfacer sus propias necesidades.

Su agresividad se manifiesta de manera pasiva, a menudo a través de actos fallidos, negligencia, olvidos y, en ocasiones, mediante una obediencia automática que puede ser autodestructiva.

La falta de amor propio se refleja en su falta de atención a sus propias necesidades profundas, la pérdida de su espontaneidad lúdica y la desconexión de su niño interior, delegando la toma de responsabilidades en otros. En algunos casos, su forma de amarse a sí mismos se manifiesta en una desviación o perversión del amor, especialmente hacia la comodidad.

La resistencia a reconocer su capacidad y sus necesidades es una característica común en este eneatipo. Para crecer, necesitan pasar a la acción, desarrollar rapidez, diligencia y determinación. En las relaciones, aportan tranquilidad, promueven la integración y son hábiles diplomáticos.